LA MINGA VENCE…
No se asombre.
Ellos, los poderosos de este país, no saben de Mingas, de mano cambiada, de yo te ayudo/vos me ayudás, de colaboración, de solidaridad.
Ellos no saben de eso. De lo único que saben es de negocios, de tumbis-tumbis, de cómo voy yo ahí, de corruptela, de corrompiciña (como diría mi abuela), individualistas, egoístas, sólo saben de dólares ganados pisoteando al prójimo.
Ellos no entienden que la Minga son hechos de paz. Por eso llegan a ella –cuando llegan- con batallones, escuadrones, helicópteros artillados, caballos de batalla, espías. La guerra.
No saben que a la Minga se llega con palas y azadones, semillas y abonos ecológicos, flores y sonrisas, abrazos comunitarios, soluciones a los problemas, se llega con la palabra. La paz.
Pero ellos no saben lo que es la palabra. Creen que la palabra son letras inconexas con la realidad, vocablos vacíos, dimes y diretes, acuerdos que por la mañana firman y por la tarde desconocen, para ellos la palabra es blá blá blá.
No saben que la palabra es compromiso, voces que se dicen o se escriben para honrarnos como seres humanos y cumplir las promesas.
Ni se les cruza por la cabeza que en la Minga, niños y niñas, jóvenes, mayores y mayoras trabajando en equilibrio y armonía, junticos como los dedos de la mano, abonan la democracia, siembran esperanzas, cosechan dignidad.
¡Qué van a saber de dignidad los gobernantes de este país! Si tienen las rodillas peladas de tanto inclinarse ante Trump. El mandamás.
Entonces agreden.
Culturalmente, niegan la diversidad, desconocen las cosmovisiones propias de los pueblos ancestrales, quieren imponer su extraña concepción del mundo: que lo que importa es tener y no ser, que el consumismo te hace gente, que la tierra es un recurso para explotar y no una madre para cuidar.
Económicamente, violentan las parcelas, destruyen las plantaciones, venden los recursos naturales, agreden los ojos de agua, contaminan el aire, se apropian de lo ajeno, bombardean las maticas de coca, como si ellas tuvieran la culpa.
Políticamente, pisotean la Constitución que ellos mismos aprobaron, niegan la ley de origen y el derecho mayor indígena, desconocen la autodeterminación de las comunidades, manipulan y aprueban a medianoche leyes contra el pueblo. Dictadorzuelos.
Contra todo ello nace, crece, se desarrolla, se empodera la Minga. Vencerán. Desde hace 527 años están venciendo y ahora no será la excepción.
Téngalo en cuenta. Nunca lo olvide. Haga memoria y aprenderá de los pueblos originarios.
Wili, Taller Abierto, marzo 31 de 2019